martes, 30 de octubre de 2012

la visión de ángel

Por fin puedo colgar la primera parte de la historia que se ha ido formando retrospectivamente. Esta primera parte está basada en la música que escuché despues del "ensayo heavy metal". Quería probar con algo opuesto, una música muy calmante. La mezcla que cuelgo es muy bonita, recomiendo escucharla y cuando la escuché salieron las líneas generales del texto que cuelgo ahora. Ésta es la primera parte de un texto de 4. Las cuatro están colgadas aquí pero voy a colgar más adelante un archivo de word con las cuatro partes unidas y algunas correcciones.
A partir de ahora voy a empezar a colgar en partes una novela en la que llevo tiempo trabajando, sobre la que aplicaré los mismos juegos de música, tarot, dados y lo que vaya apareciendo.

la mezcla:
http://www.mediafire.com/?3o9y3g7lmcg2s8d


Un pequeño tren de vapor, humareda que se aleja entre los pinos. Nubes pesadas se arrastran por el cielo. Llovizna. ¿Preludio de tormenta o falso aviso? Me pregunto si los bosques que me rodean esconden lobos. Más lluvia. En la habitación, matices azulados de mi conocido escritorio delineándose desde la oscuridad. Otra vez el mismo sueño.
Me estiro sobre la espalda, ojos abiertos hacia el techo. El rumor del mar llega a mi ventana sobrevolando el silencio del pueblo. Imagino botes de metal gigantes meciéndose sobre el agua como cáscaras de cacahuete y monstruos dormidos en las profundidades. Después, el viaje continúa. Caballos escapándose por estrechos callejones; galopando sobre adoquines. Agua de lluvia baja por la acera y el tren sigue trotando entre pinos destripados por energía divina, reventados por rayos de tormenta. Cada noche el mismo sueño.

Mi madre insiste en que le cuente lo que sueño a Irma pero me da miedo. Irma me pone incómodo últimamente. Antes no me importaba, cuando era pequeño, pero ahora, cuando Irma viene a leer en el café de mi madre, pierdo la tranquilidad. Me quedo en mi habitación, obsesionado con la idea de que Irma está abajo y espero a que se vaya antes de bajar a la cocina o al comedor.
Pero, horror, mi madre me llama. ¡Quiere que baje, e Irma todavía no se ha ido! Está aquí, sentada en nuestra cocina y mamá se va. Nos deja solos para que le cuente a Irma sobre los sueños que tengo.

Compartiendo mesa con una mujer que llevo tanto tiempo evitando. Después de haberla espiado en el supermercado o de haberme masturbado pensando en ella, oler la fragancia de su cuerpo me parece excesivamente real, ahora que estoy tan cerca de ella.

El viaje es una constante, me responde cuando le cuento sobre mis sueños. La quietud es una ilusión. Aunque te parezca estar parado, incluso sentado, sigues avanzando.
El cuerpo crece, se descompone y evoluciona, reflexiono abstraído. Respiramos vida y la muerte se nos escapa por los poros.
Me siento hechizado por sus palabras. Dice que el tren con el que sueño avanza hacia el fondo de mi imaginación y se aleja por mi conexión con el infinito. Allí donde me descompongo y vuelvo a emanar.
El tren desaparece hacia el lugar donde mi alma se conecta con Dios. Las figuras que construye mi imaginación se disuelven en un horizonte indefinible e inagotable, que es en realidad el lugar mismo del que han salido. Cuando tengo estos sueños de viajes estoy observando el infinito, pero como el infinito no se puede ver, porque cambia y evoluciona sin parar, lo que veo son mis fantasías dispersándose. Contemplar las formas que construye mi mente desaparecer en una distancia difusa, es lo más cerca que puedo estar de observar el infinito.

Eso es lo que pasa en mis sueños, dice Irma. Sus manos sobre la superficie de madera de la mesa. Dedos largos y finos, camisa de lino blanca, pelo negro con algunos mechones rebeldes que saltan lejos de la pinza que los recoge. Más los ojos. La mirada de Irma. Dos párpados que se abren, una revolución mundial.
Dos ojos seguros, grandes y salvajes que avergüenzan, liberan y desbocan. Que me vuelven loco. Una mirada que lo es todo – lo demás es descanso post coital, descanso post visión.
Delante de Irma entiendo por primera vez el significado de la palabra visión. La visión mística, medieval, incomprensible de la que hemos hablado en clase de lengua o literatura o historia. De repente comprendo, porque lo estoy viviendo, delante de mi vecina.
La visión no es la tuya. Una visión es cuando tú eres visto, cuando sientes que te ha visto, algo. Cuando de repente yo soy el objeto y me veo, ante otra mirada. Todo se replantea. El mar, el líquido que me compone, las rocas erosionadas por el agua. Irma y el significado de la atracción sexual.

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